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Juguetes sin género para coeducar en igualdad
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Juguetes sin género para coeducar en igualdad

Cuando yo era niño recuerdo pasar los recreos jugando al fútbol con los amigos, algo que se ve como algo normal. Pero, ¿y si te dijera que también había una niña?

La sociedad en la que vivimos y los valores culturales que hemos aprendido siendo pequeños afectan a cómo reaccionamos ante determinadas situaciones, como la anterior.

¿Qué problema hay en que una niña juegue al fútbol con el resto de niños? ¿O que un niño quiera jugar a las cocinitas? ¿Y si una niña quiere jugar con coches y camiones?

A estas preguntas solo hay una respuesta correcta: No hay ningún problema.

Por desgracia todavía nos queda mucho trabajo que hacer para que todo el mundo piense igual. Para ello, uno de los instrumentos clave en la educación de los hijos son los juguetes.

¿Tienen los niños y niñas una preferencia por un tipo de juguete o por un color?

Como decía antes, es la propia sociedad en la que vivimos la culpable de transmitir ciertos valores, de establecer los roles de género que conducen a estereotipos.

¿Quién no ha escuchado alguna vez que las niñas cuidan bebés y juegan con cocinitas y los niños hacen construcciones o juegan con coches? Esto es producto de los roles de género.

Los roles de género vienen definidos por la sociedad y consiste en establecer la manera de actuar, hablar, vestir… en función del género. Es decir, establecen un comportamiento modelo para chicos y otro para chicas.

Y claro, eso se puede aplicar a prácticamente todos los ámbitos de la vida, incluyendo los juguetes.

Nada más lejos de la realidad, un juguete no tiene por qué estar diseñado para un niño o para una niña.

De hecho, varios estudios no solo corroboran esto, sino que afirman que la diferenciación de género está más presente en los anuncios de juguetes actuales que en los de hace 50 años.

Los más pequeños no diferencian entre los juguetes para chicos o chicas y mucho menos entre colores masculinos y femeninos.

Los niños solo saben con qué juguetes se divierten y con cuáles no, por eso no deberías romperte la cabeza pensando qué juguetes son adecuados para tus hijos en función de su género.

Aunque los más pequeños no hagan estas distinciones basadas en prejuicios y estereotipos… ¡son altamente influenciables!

No olvides que no dejan de ser niños y, por tanto, están creciendo y aprendiendo.

Olvídate de distinguir entre azul para chicos y rosa para chicas, ¡es arcaico!

Déjame que te cuenta una anécdota que he vivido hace muy pocos días y que me ha animado a escribir este artículo.

Uno de mis hijos, a punto de cumplir los cinco años, lleva desde muy pequeño diciendo que su color preferido es el rosa. Siempre que le damos a elegir, prefiere cualquier cosa de color rosa: el cubo y la pala de playa, las gafas de la piscina, una camiseta…

A principios de Septiembre volvió al cole y se ha reencontrado con sus amigos y compañeros de clase. A los pocos días, mi hijo vino diciendo que ya no le gusta el rosa.

¿Qué crees que ha podido pasar?

Aunque no ha querido explicarnos los motivos con detalle, sí nos ha dado a entender que dos compañeros se han reído de él y le dijeron que el rosa es un color de niñas.

Llegados a este punto seguro que te estás preguntando: ¿qué podemos hacer para solucionarlo?

¿Coeducar? ¿Eso qué es?

Yo lo defino como educar con sentido común, pero quizás es mejor acudir a la Real Academia Española.

Según la RAE, coeducar es una “acción educativa que potencia la igualdad real de oportunidades y la eliminación de cualquier tipo de discriminación por razón de orientación sexual, identidad de género o expresión de género”.

Es decir, coeducar es enseñar a niños y niñas sin hacerlo de un modo diferente. Supone eliminar estereotipos o ideas preconcebidas sobre lo que se espera de ellos según su género.

Vamos, que al final es educar con sentido común. Cabe destacar que no es algo exclusivo del colegio, sino que se debe aplicar en casa por igual.

Jugar en igualdad

Aprender la igualdad desde niños

Es obvio que los niños aprenden desde muy pequeños y, como te decía antes, los juguetes con los que los niños interactúan forman un papel importante en la educación de nuestros hijos.

La clave está en cómo se les muestran los juguetes a los más pequeños, en la manera de jugar y cómo el entorno se refiere a ellos o les marca e indica su uso.

De hecho, existen diversos factores que hacen que los niños se decanten por un juguete u otro.

Las gamas de juguetes que enfrentan el azul y el rosa tienden a fomentar el estereotipo, pero hay fabricantes que son ejemplos de cómo evolucionar para educar en igualdad.

Marcas como KidKraft, Melissa and Doug o HAPE no identifican sus productos por género y en las fotos promocionales presentan a niños y niñas jugando indistintamente.

Por si fuera poco, las cajas de sus juguetes no utilizan el azul o el rosa para diferenciar y, por tanto, se dirigen indistintamente a niños o niñas en la misma temática.

Educar con el ejemplo

Volviendo al sentido común, no olvides que es nuestra responsabilidad educar a los niños y niñas para que crezcan respetándose mutuamente.

Los niños aprenden por imitación y tienden a actuar como lo haces tú. Por eso es importante que te apliques el cuento si quieres que ellos también lo hagan.

No se trata de hacer un cambio grande, la diferencia está en los pequeños detalles.

Cosas como dividir las tareas del hogar sea cual sea y ayudarse mutuamente son muy buenos ejemplos a tener en cuenta para que los más pequeños se fijen en ti.

Al final, lo importante es divertirse jugando y respetando a los demás. Y no olvides que la mejor manera de educar es dando ejemplo.

Si después de todo esto no te he convencido, deja que te lo cuenten los propios niños y niñas en esta campaña de la Comunidad de Madrid.