Hoy vamos a tratar un tema que me resulta especialmente interesante… te voy a hablar del enorme valor que tiene el ajedrez como herramienta pedagógica.
El ajedrez es uno de los juegos más antiguos y populares que existen, además de estar reconocido como deporte por el Comité Olímpico Internacional desde 1999. Existen jugadores profesionales en todos los rincones del mundo, que dedican su vida a mejorar y perfeccionar su técnica, como lo haría cualquier otro deportista en distintas disciplinas.
En la actualidad, el ajedrez vive una época dorada, en parte gracias a la exitosa serie Gambito de Dama y en parte como consecuencia del confinamiento por el Covid-19, ya que el ajedrez es un juego que puede practicarse fácilmente a través de internet. Desde nuestras propias casas podemos enfrentarnos a otros jugadores de cualquier rincón del mundo.
Sin embargo, lo que muchas personas desconocen es que el ajedrez es una potente herramienta educativa de primer nivel, y el ajedrez educativo cada vez se incorpora en más proyectos de enseñanza.
El ajedrez educativo
Como te decía, el ajedrez es un juego muy extendido a nivel mundial y en numerosos países se enseña su práctica a los niños y niñas desde muy pequeños. Quizá el ejemplo más claro de esto es Rusia y las ex-repúblicas soviéticas. En la antigua URSS el ajedrez era tan popular que preparar y promocionar a una élite de ajedrecistas de categoría mundial era una cuestión de estado.
Basta decir que desde 1948 y hasta 1999 todos los campeones mundiales de ajedrez fueron soviéticos, con la única excepción de Bobby Fischer en 1972.
¡¡Son 51 años de hegemonía en el ajedrez!!
Así pues no sorprende que Rusia sea el principal país precursor del ajedrez pedagógico. Desde hace décadas este juego ha estado vinculado a proyectos educativos, y reconocido como herramienta pedagógica en los distintos planes educativos del país. En el año 2019 se dio un paso más y el ajedrez pasó a ser una asignatura obligatoria. Así, todos los estudiantes de educación primaria en Rusia estudian ajedrez durante al menos cuatro cursos.
Pero Rusia no es una excepción y desde que la UNESCO recomendó el 1995 la incorporación del ajedrez como herramienta pedagógica muchos otros países han acercado el ajedrez a la escuela, más allá de ser una posible actividad extraescolar.
Llama especialmente la atención la amplia difusión en Latinoamérica, en el que numerosos países lo han integrado en sus planes de enseñanza. En Cuba, Argentina, Uruguay, Ecuador, México, Venezuela o Colombia, el ajedrez forma ya parte obligatoria del currículo escolar para todo el alumnado.
Pero el fomento del ajedrez en la escuela no es algo exclusivo de países lejanos… ¿Sabías que en la UE existe el programa “Ajedrez en la Escuela”?
Programa “Ajedrez en la Escuela” en la UE
Así es, el 15 de marzo de 2012 el Parlamento Europeo aprobó por unanimidad la introducción del ajedrez en los programas educativos de los distintos países de la Unión Europea.
Y precisamente, en este breve texto aprobado se dejan claras dos ideas que forman la piedra angular de la conceptualización del ajedrez como herramienta pedagógica. Éste dice textualmente lo siguiente:
“El ajedrez es un juego accesible para los niños de cualquier grupo social, podría mejorar la cohesión social y contribuir a los objetivos políticos, tales como la integración social, la lucha contra la discriminación, la reducción de las tasas de delincuencia e incluso la lucha contra diferentes adicciones.
Sea cual sea la edad del niño, el ajedrez puede mejorar su concentración, paciencia y persistencia y puede ayudarle a desarrollar el sentido de la creatividad, la intuición, la memoria y las competencias, tanto analíticas como de toma de decisiones; el ajedrez enseña asimismo valores tales como la determinación, la motivación y la deportividad”.
Es decir, el ajedrez es un juego fácilmente accesible, por lo económico y porque se puede jugar en cualquier lugar, y además puede practicarse a cualquier edad, aportando unos evidentes beneficios pedagógicos.
A raíz de esta aprobación, han sido muchos los países europeos que con mayor o menor intensidad han ido aplicando este programa a sus planes educativos.
El ajedrez pedagógico en las aulas españolas
España es una de las grandes potencias de ajedrez a nivel deportivo. Como muestra de la importancia de nuestro país en este ámbito, se puede afirmar que es uno de los países que más torneos de ajedrez competitivo organiza a nivel mundial y, actualmente, ¡es el país con más jugadores federados del mundo!
En el ámbito del ajedrez educativo, es destacable el hecho de que ya en 1995 el Senado aprobó una proposición para hacer que el ajedrez fuese una asignatura optativa en determinadas etapas de la educación reglada, además de reforzar su promoción como actividad extraescolar.
A raíz de la instauración del programa “Ajedrez en la escuela”, el Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad, en Febrero de 2015, la implantación del ajedrez como asignatura en los colegios.
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Este fue uno de los grandes hitos en la historia del ajedrez en España y el verdadero punto de partida para que el ajedrez vaya haciéndose un hueco en los colegios españoles.
Es cierto que ahora corresponde a las comunidades autónomas su puesta en marcha efectiva, y no todas han mostrado el mismo interés, pero muchas otras han dado los primeros pasos para hacerlo posible. Cataluña, Galicia, Cantabria, Canarias, Andalucía, Aragón, Navarra y Baleares han sido las primeras en poner en marcha programas relacionados.
Beneficios del ajedrez en la educación
El ajedrez es el deporte perfecto para ejercitar el cerebro, de hecho muchos autores se refieren a él como “el mejor gimnasio para la mente”.
Pero si en algo está destacado el ajedrez en los últimos años es por su importante valor pedagógico como herramienta educativa para niños y niñas en edad escolar.
Muchos de los efectos beneficiosos del ajedrez ya se conocen desde hace más de un siglo. Uno de los primeros estudios científicos al respecto fue el desarrollado el 1925 por tres investigadores rusos (Djakow, Petrowski y Rudik). A través del estudio de las habilidades de Grandes Maestros de ajedrez concluyeron que su práctica mejora determinadas capacidades cognitivas, especialmente la memoria visual y el pensamiento lógico.
A lo largo de los últimos años se han realizado muchos estudios comparativos, en los que se analiza la evolución académica de niños y niñas practican el ajedrez en horas lectivas frente a otros grupos que no lo tienen. Los resultados son inequívocamente clarificadores al respecto. La práctica sistemática del ajedrez mejora de forma notable el rendimiento académico en todas las áreas, destacando especialmente en matemáticas y comprensión lectora.
Además de resultados puramente académicos, el ajedrez enseña una serie de valores importantísimos en las etapas de educación infantil y primaria. De entre todos ellos, podemos destacar la capacidad de atención y concentración, la planificación, la memoria visual, la creatividad, el pensamiento lógico-deductivo, el control de la impulsividad, la constancia o el pensamiento flexible.
Resultan especialmente interesantes los excelentes resultados de la práctica del ajedrez en la reducción de los síntomas en niños con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad).
¿Cómo integrar el ajedrez en la educación reglada?
Ahora que ya sabemos que el ajedrez es una magnífica herramienta educativa, cuyos buenos resultados están fuera de toda duda, la siguiente cuestión es cómo poder integrarla en un currículo educativo que ya está bastante cargado de horas lectivas.
En la etapa de educación infantil su adopción es más sencilla, dado que las materias están menos regladas y suele emplearse el juego como forma de aprendizaje. En estas edades el ajedrez se utiliza más como una herramienta para aprender conceptos como las formas geométricas, la orientación espacial, el respeto por las normas o el compañerismo.
En la educación primaria y secundaria las formas de introducir el ajedrez son más variables. En algunos sistemas educativos se ha optado por elevar el ajedrez a la categoría de asignatura obligatoria durante unas horas determinadas. En otros casos se mantiene como herramienta pedagógica transversal a distintas materias, y sirve para explicar conceptos como la geometría, el pensamiento lógico o la aritmética.
Hay que señalar que uno de los grandes retos de la incorporación definitiva del ajedrez a los sistemas educativos pasa por la formación del profesorado. No se trata de que los profesores deban ser grandes maestros de ajedrez, pero sí deberían recibir unas nociones básicas del juego y de su valor pedagógico.
Sea como sea, la realidad es que el ajedrez ha llegado a las aulas, y en los próximos años vamos a ver un auge de su utilización como herramienta educativa. Tanto los resultados como la legislación caminan por fin en una misma dirección, y su universalización parece, ahora sí, cuestión de tiempo.