Si has llegado a este artículo, seguramente sea por una de estas dos razones: te encanta nuestro blog y lees todo lo que publicamos o bien tienes un peque en edad de aprender las tablas de multiplicar.
En cualquiera de los dos casos espero que este artículo te sea útil.
Aprender las tablas de multiplicar en primaria
Las tablas de multiplicar se empiezan a estudiar en 2º de primaria (con 7 u 8 años), aunque depende del colegio.
Recuerdo perfectamente cuando estaba en 2º de E.G.B y me toco aprender las tablas de multiplicar. Cada día cuando salíamos de clase practicábamos una. A modo de “cancioncilla” resuena en mi cabeza el 1×8=8; 2×8=16 y así sucesivamente.
¿Sabes de lo que te hablo, verdad?
Íbamos repitiendo las tablas hasta que las hubiéramos memorizado, aunque no teníamos ni idea de para qué serviría aquella cosa tan extraña. ¿Se habría vuelto loca la profe?
Afortunadamente los tiempos van cambiando y las formas de enseñar y aprender también. Ya no se aprende a sumar, restar, multiplicar o dividir porque sí, sino para algo concreto.
En el caso de multiplicar, es fundamental explicar al niño y la niña que multiplicar no es más que una suma sucesiva de un mismo número. Es decir, que no tiene sentido que sepa de memoria que 2×3 son 6, sino que primero entienda que si sumamos tres veces el número 2, el resultado es el 6.
Por tanto, antes de ponerse a memorizar las tablas, el niño tiene que tener muy interiorizado cuál es el sentido de la multiplicación – ¡Es un atajo para las sumas repetitivas!
Para eso es muy útil que hagas con tu peque pequeños “problemas” donde vayan percibiendo la importancia de la multiplicación. Te pongo un ejemplo, si un paquete de sus patatas fritas favoritas cuesta 1€ – ¿cuánto costarán 3 paquetes?
Es importante que los niños y niñas vean las matemáticas como una herramienta útil y que utilizan en su día a día… aunque en a veces lo hagan de manera inconsciente. De esta forma eliminarán ese “odio” que la mayoría tienen porque lo vean como algo abstracto e inútil.
Los cinco mejores juegos para enseñar a multiplicar
La mejor forma de aprender es jugando y los fabricantes de juguetes son conscientes de ello. En el mercado nos encontramos juegos de matemáticas para aprender a multiplicar que nos van a ayudar mucho a que los peques se diviertan mientras aprenden.
¿Quieres saber cuáles son mis favoritos? – Pues ya mismo te lo cuento.
Tabla de multiplicar colorida
Este juego es de Small Foot y está formado por un cajón de madera y por cubos de madera de colores que representan las tablas del 1 al 9.
Por un lado del cubo viene la multiplicación, por ejemplo “3×6” y si giramos el cubo está el resultado “24”. Y todo ello con vistosos colores.
Es una forma divertida de que los niños y niñas se vayan familiarizando con las tablas, las aprendan y que jueguen con los números.
Con este práctico juego siempre tendrás las tablas muy mano.
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La aventura de las tablas
Este juego es del fabricante alemán Haba, está recomendado a partir de 7 años y pueden jugar de 1 a 4 jugadores.
La aventura de las tablas está formada por un gran muro lleno de incógnitas que los peques deben ir resolviendo multiplicando. En el tablero se incluye los números del 1 al 10 tanto en la parte superior como en la lateral y deben ir multiplicando hasta formar todas las tablas de multiplicar del 1 al 10 y poniendo las fichas de números en el lugar correspondiente.
Este juego es perfecto para ir asentando las tablas porque él mismo podrá comprobar si el resultado de su multiplicación es correcto o incorrecto.
El juego incluye instrucciones para jugar en modo solitario o competitivo y también varias modalidades de juego que van aumentando la dificultad.
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3×4=¡Zas!
Este juego también es de Haba y lo recomienda a partir de 8 años y pueden jugar de 2 a 6 jugadores.
La mecánica del juego es muy sencilla y los peques se lo pasarán en grande mientras practican las tablas de multiplicar.
Se elige una flor y su correspondiente tabla de multiplicar. Así en cada partida, decidimos qué tabla de multiplicar es la que queremos practicar. A continuación, se tira el dado. Ahora los peques tienen que multiplicar el número del dado y el da la flor y golpear con el matamoscas el resultado correcto. El primero que lo acierte se lleva una mosca de madera y gana el juego quien consiga antes 8 moscas de madera.
Cuando los peques ya tienen más asentadas las tablas, el juego se puede complicar bastante porque se tirarán los dos dados y tendrán que ser los primeros en “cazar” el número que resulta de esa multiplicación.
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La batalla de las tablas
Este juego es una novedad que acaba de salir al mercado de Clementoni y está recomendado para niños y niñas a partir de 7 años.
¿Te acuerdas del mítico Hundir la flota? Pues este juego, te va a recordar mucho, aquí no hay que hundir barcos sino que estamos en una feria y tenemos que tirar las latas del contrincante.
En nuestro tablero tenemos que colocar latas que nuestro adversario debe derribar intentando adivinar la posición en la que se encuentran para lo que deberá a través de las tablas de multiplicar.
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Código Secreto 13+4
He dejado para el último lugar este juego de Haba que me encanta. Además tiene mucha continuidad y es perfecto para que los peques entrenen el cálculo mental.
En este juego nos convertimos en ladrones que entran a robar en un museo y claro necesitamos descifrar el código de seguridad del museo para llegar a la máscara del dios Amón Ra.
Para descifrar el código secreto debemos hacer cálculos ya sea con sumas, restas, multiplicaciones o divisiones, lógicamente en función de la edad de los niños lo irán resolviendo con unas u otras operaciones. Por lo que es un juego con mucho futuro porque también nos va a ser muy útil para practicar las divisiones, pero eso cuando toque…
Este juego también incluye diferentes variantes que van dificultando más el juego para los auténticos profesionales.
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Dónde comprar juegos para aprender a multiplicar
¿Lo has adivinado verdad?
Efectivamente, en Que de Juguetes puedes encontrar éstos y otros muchos juegos que ayudarán a tu hijo o hija a aprender las tablas de multiplicar, y en general, a pasar un buen rato sin darse cuenta de que están “estudiando” mates.
